lunes, 6 de mayo de 2013

Materiales y Recursos para la Catequesis

La Delegación Episcopal de Catequesis de Madrid tiene múltiples materiales y recursos para la catequesis en su Página Web.

Vídeos, Libros, Audiolibros, Revistas, Cine, Canciones, Oraciones, Láminas, la Biblia, Bibliaventura, Crucigramas, Juegos, Cancionescuentos, y mucho más.

¡Adelante!

lunes, 26 de noviembre de 2012

Decálogo de Adviento

1.- Adviento es de etimología latina, que significa “venida”.

2.- Adviento es el tiempo litúrgico compuesto por las cuatro semanas que preceden a la Navidad como tiempo para la preparación al Nacimiento del Señor.

3.- El adviento tiene como color litúrgico al morado que significa penitencia y conversión, en este caso, transidas de esperanza ante la inminente venida del Señor.

4.- El adviento es un periodo de tiempo privilegiado para los cristianos ya se nos invita a recordar el pasado, vivir el presente y preparar el futuro.

5.- El adviento es memoria del misterio de gracia del nacimiento de Jesucristo. Es memoria de la encarnación. Es memoria de las maravillas que Dios hace en favor de los hombres. Es memoria de la primera venida del Señor. El adviento es historia viva.

6.- El adviento es llamada a vivir el presente de nuestra vida cristiana comprometida y a experimentar y testimoniar la presencia de Jesucristo entre nosotros, con nosotros, por nosotros. El adviento nos interpela a vivir siempre vigilantes, caminando por los caminos del Señor en la justicia y en el amor.

7.- El adviento prepara y anticipa el futuro. Es una invitación a preparar la segunda y definitiva venida de Jesucristo, ya en la “majestad de su gloria”. Vendrá como Señor y como Juez. El adviento nos hace proclamar la fe en su venida gloriosa y nos ayuda a prepararnos a ella.

8.- El adviento es tiempo para la revisión de la propia vida a la luz de vida de Jesucristo, a la luz de las promesas bíblicas.

9.- El adviento es proyección de vida nueva, de conversión permanente, del cielo nuevo y de la tierra nueva, que sólo se logran con el esfuerzo nuestro -mío y de cada uno de las personas- de cada día.

10.- El adviento es el tiempo de María de Nazaret que esperó, que confío en la palabra de Dios, que se dejó acampar por El y en quien floreció y alumbró el Salvador del mundo.

viernes, 19 de octubre de 2012

6 Pistas para un catequista


1. La fe. El catequista no enseña sólo por la palabra. Su fe, si es viva y vivida, es el mejor vehículo transmisor para que, los niños o los jóvenes, intuyan lo que es creer en Jesús.

2. La Palabra de Dios. El catequista no habla de sus cosas. Desarrolla su actividad “en nombre de”. La Palabra de Dios, no ha de faltar antes ni después de una buena catequesis. Es la luz que ilumina.

3. El testimonio. El catequista ha de establecer y buscar un acorde, lo más perfecto, entre lo que es, dice y hace. Si demuestra, con sus obras, que cree en Dios, las palabras no serán ni necesarias. El humo denota donde está el fuego.

4. La oración. El catequista sabe que su poder de persuasión no reside en él. Hay una fuerza suprema, Dios, que es quien le orienta y hará que fructifique todo a su tiempo.

5. La formación. Nadie posee el todo por ciencia infusa. Un catequista sin formación, es un catequista que corre un serio peligro: la relajación, el error o el relativismo.

Catequista es ser una persona de fe que confía en la Palabra de Dios, que da testimonio de su experiencia divina, que busca los momentos de oración y, porque sabe que es débil, intenta saber más y mejor, a través de la formación, de lo que la Iglesia le confía.

La Biblia es...

El Misionero


  • El Misionero es una persona enamorada del Reino, que ve y gusta la acción de Dios en los pueblos y culturas. Tiene  una profunda espiritualidad misionera, es el hombre de las bienaventuranzas. 
  • Se siente enviado, como Jesús lo fue del Padre, realizando el proyecto de Dios en medio de los hombres.
  • Está formado según el Magisterio de la Iglesia. 
  • Está preparado y entrenado por su formación a trabajar en equipo, con sentido de comunión y de participación.
  • Tiene también, en vista a su trabajo misionero específico, una preparación cultural adecuada.
  • Es capaz de arriesgarse. Va a donde otros no se animan a ir.
  • Opta con decisión privilegiando los grupos humanos y lugares más difíciles, donde todavía no ha penetrado el mensaje de Cristo, o ha penetrado en forma insuficiente. No le asusta partir más allá de las fronteras.
  • Sabe hacer un buen análisis de la realidad, con un profundo sentido humano.
  • Está dispuesto a caminar y respetar el ritmo de la gente, con mucho sentido de adaptación.
  • Es un agente válido para la promoción humana, y su servicio es gratuito.
  • Su conciencia misionera es tan amplia como el mundo, está abierto a otras culturas y a renovarse constantemente frente  a la novedad y al cambio que las situaciones y la gente exigen.
  • Procede con discreción y humildad, no pretende ser siempre protagonista. Le da a cada uno su propio lugar.
  • Es una persona de  buen corazón, portador de consuelo, reflexivo sobre la realidad a la que va encaminado a trabajar, comunitario, fraternal, capaz de dar el testimonio que el mundo espera. Su vida es coherente con la fe que anuncia y proclama.
  • Descubre con su sensibilidad misionera las necesidades de integrar esta dimensión en todos los aspectos de la vida cristiana y eclesial.
  • Sabe ser también animador misionero de su propia Iglesia de origen, ayudándola a abrirse a la Iglesia universal.
  • Tiene como un sentido y un instinto de “éxodo” y de “itinerancia” al estilo de Abraham y del Pueblo de Dios peregrino
  • Es alegre para servir.